No sé con qué cara te atreves a mirarnos con ojos de superioridad cuando tienes barriga y estás enamorada del novio de una vieja amiga.
No eres más que una perdedora pseudo-aristócrata que cree que es una señorita porque su madre le enseñó a usar bien los cubiertos. No eres mejor que nadie, y menos que nosotras. Nosotras estamos a otro nivel, sobre ti. No somos unas idiotas descerebradas que están empeñadas en estudiar una carrera de mierda simplemente para tener una carrera universitaria, que poco le servirá en un futuro. Crees tener tu vida planificada; quieres heredar la casa de tus padres, un coche bonito, un buen marido y un par de hijos brillantes. Pero siento decirte, chica, que por el camino que vas lo único que conseguirás es un resfriado por enseñar tanto esa panza que tienes aunque estés convencida de lo contrario.
¿Te doy un consejo? Hace poco crearon un medicamento para tratar a gente que estaba perdida en la vida, y que se sentía como tú. Podrías tomarlo. ¿Sabes su nombre?
Te lo diré: Cianuro.
Espero que esta entrada sirva para recordar que este blog sigue vivo.
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